Juan 19:25-30 RV60 "25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. 26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba
consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en
vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. 30
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y
habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu."
Mientras me dispongo a escribir, no dejo de pensar en las
palabras de Jesús, y como cada detalle que nos entrega la Escritura se cumple
en la persona de Cristo, muchos pueden pensar que Jesús era el plan B de Dios,
pero la misma Escritura nos aclara y nos deja ver que no es así, mire,
acompáñeme a Filipenses 2:5-8 “5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que
se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta
la muerte, y muerte de cruz.”
Desde que el hombre queda separado de Dios en forma irremediable
a causa del pecado y donde la muerte se apoderó de toda la humanidad,
desde Adán hasta el último hombre que nazca en esta tierra, dejando a todos
destituidos de la Gloria de Dios, separados y condenados a estar bajo la ira de
un Dios todo poderoso que es Santo y que no se relaciona con nada que no esté a
su propio nivel de santidad, hasta el momento en que Cristo vendría en forma
humana y tendría que sufrir en su propio cuerpo el castigo y beber de la copa
que estaba preparada para el hombre, convirtiéndose en la única forma en que este
pudiese acercarse a Dios por medio del sacrificio perfecto de Cristo en la Cruz
del calvario…Por medio de este sacrificio el pecado fue expiado, fuimos redimidos
en él, cada gota de la sangre de Cristo fue vertida para aplacar la ira del
Padre y Cristo es su cuerpo humano se convierte en el Propiciatorio
y su sangre la Propiciación, sangre que redime y justifica
al hombre delante de Dios…
Este es el mayor acto de amor, en que Cristo puso su vida
para que muchos sean hechos justicia de Dios por medio de él…
En medio de todo el sufrimiento, el dolor y la agonía de la
Cruz, Jesús mira a su alrededor y entre gritos, insultos y porque no decirlo, lágrimas
de aquellos que le amaban, ve a María su madre, aflicción en su rostro, tristeza,
desesperación, lágrimas, quizás frustración por no poder
tapar la desnudez de su hijo a quien vio crecer y que ahora muere en una Cruz
como si fuese un maldito, la cercanía de ella y de Juan permite al Señor
decirle en voz suave y audible; “Mujer he ahí tu hijo” y al
discípulo amado le dice; “He ahí tu madre”, la preocupación de
Jesús está sustentada en las misma palabras que el apóstol Pablo dejará escrita
en una de sus cartas, Efesios 6:2-3 “2 Honra a tu padre y a tu madre, que es
el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga
vida sobre la tierra.”
Ella no quedaría a la deriva y tampoco como una viuda
desamparada, Juan la cuidaría y protegería hasta sus últimos días…
Luego de este acto de amor, la misma Escritura nos permite
ver que ya todo estaba consumado (tetelestai), sin embargo,
faltaba el cumplimiento de una última profecía para que se cumpliera absolutamente
todo lo escrito acerca del padecimiento del Hijo de Dios. La
exclamación "TENGO SED" (Salmo 69:21) fue ese cumplimiento
final, garantizando que nada quedara pendiente en la obra redentora de Cristo
en la cruz.
Fue aquí donde le acercaron una esponja con vinagre o posca,
que era una mezcla de agua y vinagre que usaban los romanos para refrescar la
garganta, esta era una bebida común entre las personas de pocos recursos y que
usaban habitualmente los soldados, quizás por eso fue por lo que había una
vasija con este brebaje cerca de la cruz…cabe destacar que esta mezcla no fue
la que se la había ofrecido antes de la crucifixión (Marcos 15:23 “Y le
dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó”), en su propia
carne, Jesús iba a soportar toda la ira de Dios sin aminorar absolutamente nada
de lo que ya estaba preparado para él, la mirra era usada para aminorar el
dolor y prolongar la angustia, por eso el Señor rechaza el beber de esa mezcla…
Una vez que bebe el vino agrio, Jesús con todas sus fuerzas (Mateo
27:50 RV60 “Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó
el espíritu.”) pronuncia lo que sería la mayor frase que traería victoria
eterna, un grito de triunfo donde la obra redentora que el padre encomendó al
Señor había sido 100% culminada.
El pecado fue expiado
Hebreos 9:12 NTV “Con su propia sangre—no con la sangre de
cabras ni de becerros—entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre,
y aseguró nuestra redención eterna.”
Hebreos 10:12 NTV “pero nuestro Sumo Sacerdote se ofreció
a sí mismo a Dios como un solo sacrificio por los pecados, válido para siempre.
Luego se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios.”
Satanás fue derrotado completamente
Hebreos 2:14 NTV “Debido a que los hijos de Dios son seres
humanos—hechos de carne y sangre—el Hijo también se hizo de carne y sangre.
Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía
quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte.”
Colosenses 2:13-15 RV60 “13 Y a vosotros, estando muertos
en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con
él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que
había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades,
los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.”
Juan 12:31-32 RV60 “31 Ahora es el juicio de este mundo;
ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. 32 Y yo, si fuere
levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.”
1 Juan 3:8;
La ira de Dios fue apaciguada
Romanos 3:24-26 RV60 “24 siendo justificados gratuitamente
por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios
puso como propiciación (hilasterion = un sacrificio que aplaca la ira
de Dios y satisface las demandas de la justicia de Dios, donde Cristo se hace
pecado y recibe todo el castigo de ira sobre su propio cuerpo) por
medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús.”
Romanos 5:8-9 RV60 “8 Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Pues mucho
más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de
la ira.”
1 Juan 2:2 “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y
no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
1 Juan 4:10 RV60 “En esto consiste el amor: no en que
nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su
Hijo en propiciación por nuestros pecados.”
Bastó una última palabra expelida de los labios del maestro, TETELESTAI,
donde el mismo en su propio cuerpo completa la obra que le fue encomendada, el
propósito por el cual había venido a este mundo se completó en su totalidad, el
pago por el pecado había sido pagado y nada queda pendiente por agregar o
quitar de la obra de la Cruz.
Esto significa que Jesús no solo terminó su misión en el
pasado, sino que la eficacia de su sacrificio permanece activa eternamente
(pasado, presente y futuro). Nada puede deshacerlo, a menos que usted quiera
dejar por opción propia la nueva vida que ha recibido en Cristo.
TETELESTAI resuena en la eternidad y es donde se cumplen las promesas
de Dios escritas por los profetas del AT.
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Aplastaría
la cabeza de la serpiente (Génesis 3:15)
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Sería
el Cordero pascual (Éxodo 12)
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Sufriría
por nuestros pecados (Isaías 53)
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Haría
un nuevo pacto con Su sangre (Jeremías 31:31)
Con una sola y poderosa palabra, "Tetelestai"
(¡Consumado es!), Jesús unió y selló el cumplimiento de todas las profecías. En
la cruz, no solo culminó el Antiguo Pacto, sino que inauguró el Nuevo Pacto, sellado
con Su propia sangre, tal como se menciona en Hebreos 9:15 NBV “Por eso,
Cristo es mediador de un nuevo pacto. Por medio de su muerte, los
llamados recibirán la herencia eterna que se les ha prometido, y serán
liberados de los pecados que han cometido.”
TETELESTAI es la transacción legal y económica cuando una deuda era
pagada completamente, por eso Pablo escribe a la iglesia en Colosas y les dice
Colosenses 2:14 RV60 “anulando el acta de los decretos que había contra
nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”
En el acta que fue clavada en la Cruz estaban inscritos todos
nuestros pecados, los que cometimos antes que Cristo nos llamara y los que
lleguemos a cometer en caso de caer en pecado, el pago fue completo y
suficiente, no quedó nada pendiente, porque sobre esa acta que nos condenaba
fue escrito Tetelestai, es decir, la Deuda fue pagada en su totalidad.
No hay saldo pendiente. No se puede abonar más. Nada se puede añadir. Cualquier
intento de “complementar” esa obra es religiosidad vacía. Cristo es suficiente
y ya lo ha hecho todo.
TETELESTAI no es sólo una palabra bonita y que puedes aprender de
memoria, es una palabra poderosa que trae liberación a todo aquel que
proclama la victoria de Cristo en la Cruz, es decir, que trae libertad donde
hubo esclavitud por el pecado.
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Si
en algún momento caemos pecado y la culpa comienza a golpear nuestra vida, recordemos
que la deuda por el pecado ya fue pagada completamente, sólo
tienes que ir a los pies del maestro, reconocer tu falta, arrepentirte y dice
mi Biblia que el Gran Sumo Sacerdote, perdonará nuestro pecado y nos limpiará
de toda maldad.
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Si
en algún momento el enemigo te acusa, recuérdale que tu vida ha sido marcada
con un sello divino, Tetelestai.
-
Si
en algún momento ves que necesitas hacer algo más para agradar a Dios, recuerda
que la única obra que agrada al Padre es la de su Hijo Jesucristo, a quien él
envió Juan 6:29 NTV “Jesús les dijo: La única obra que Dios quiere que hagan
es que crean en quien él ha enviado.”
La proclamación triunfal de Jesús “TETELESTAI” selló la
victoria eterna, donde:
El Pecado fue Expiado: Su sangre en la cruz nos aseguró la redención eterna
(Hebreos 9:12; 10:12), saldando la deuda de nuestros pecados de una vez por
todas, ya no hay sacrificios temporales.
Satanás fue Derrotado: Jesús quebrantó el poder del diablo sobre la muerte
(Hebreos 2:14), anulando el acta que nos condenaba y exhibiendo públicamente a
los principados y potestades (Colosenses 2:13-15; Juan 12:31-32; 1 Juan 3:8).
La Ira de Dios fue Apaciguada: Cristo fue la propiciación por
nuestros pecados (Romanos 3:24-26; 1 Juan 2:2; 4:10), satisfaciendo la justicia
divina y librándonos de la ira de Dios (Romanos 5:8-9).
TETELESTAI significa que la deuda por nuestros pecados fue
pagada por completo. Esa "acta" que nos condenaba fue
clavada en la cruz, con la inscripción de que no hay saldo pendiente. CONSUMADO
ES resuena eternamente, trayendo liberación y libertad de la esclavitud del
pecado. Si la culpa se hace presente, recuerda que la deuda está pagada. Si el
enemigo te acusa, recuérdale el sello divino de "Tetelestai"
en tu vida. Y si sientes que necesitas hacer más para agradar a Dios, recuerda
que la única obra que Él quiere es que creas en Su Hijo, en Jesucristo (Juan
6:29).
Queridos, la obra consumada de Jesús en la cruz es la base
inamovible de nuestra fe y la fuente de nuestra libertad en Cristo.
Quiero terminar leyendo lo siguiente:
Hebreos 10:11-17
Nueva Traducción Viviente
11 Bajo el antiguo pacto, el sacerdote oficia de pie delante
del altar día tras día, ofreciendo los mismos sacrificios una y otra vez, los
cuales nunca pueden quitar los pecados; 12 pero nuestro Sumo Sacerdote se
ofreció a sí mismo a Dios como un solo sacrificio por los pecados, válido para
siempre. Luego se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios. 13 Allí
espera hasta que sus enemigos sean humillados y puestos por debajo de sus pies.
14 Pues mediante esa única ofrenda, él perfeccionó para siempre a los que está
haciendo santos. 15 Y el Espíritu Santo también da testimonio de que es verdad,
pues dice: 16 «Este es el nuevo pacto que haré con mi pueblo en aquel día,[a]
dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente».
17 Después dice: «Nunca más me acordaré de sus pecados y sus
transgresiones»
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