Hermanos, hoy hablaremos acerca de la Actitud y veremos cómo esta puede influir en nuestra relación con el Señor, con nuestros hermanos, con nuestra familia, e incluso con nosotros mismos…
Pero antes de entrar en el tema, responderemos la siguiente
pregunta:
¿Qué es la actitud?
Por Definición: La actitud es nuestra disposición mental
hacia una persona, objeto o situación y se manifiesta a través de sus Pensamientos
(creencias y conocimientos), Emociones (sentimientos, la parte afectiva
de una persona) y Comportamientos, es decir la parte que es visible de
la persona.
Deriva del latín “actitudo” (acto) y se le añadió el sufijo
(tud) que se traduce como “cualidad”, siendo así, podemos decir que Actitud es
“La Cualidad de Acción” donde esta refleja lo pasivo, lo activo, el
ánimo y el desánimo de alguien…
Hermanos, cuantas veces nos hemos levantado con un ánimo
tremendo, creyendo que el día será espectacular, pero ¿Se ha dado cuenta que
una sola cosa mala puede arruinar el día entero?
Se cayo el celular a la taza del baño…Llego un aviso de
cobranza…Visitas inesperadas…tu jefe te culpó por un error que no cometiste, o
algo que al parecer es muy frecuente, nos levantamos con la pata izquierda
y no sabemos por qué. La forma en que enfrentamos y respondemos a este tipo de
situaciones está determinada en gran manera por nuestra Actitud. Por eso
comenzamos dando la definición e identificamos tres partes en la misma: Pensamientos,
Emociones y Comportamientos…
Queridos, no hay un manual para saber cuál debería ser la
actitud correcta en algún tipo de situación, especialmente cuando estamos en
medio de circunstancias que son difíciles de llevar y que a las cuales no
estamos acostumbrados en nuestro diario vivir (la partida de un ser
querido, una enfermedad terminal, un despido injustificado “en
frente de este tipo de situaciones cual debería ser la actitud correcta…”).
Hermanos, no tenemos control sobre las circunstancias que
ocurren a nuestro alrededor, pero si podemos controlar la forma en la cual nos
plantamos en frente de ellas…
La Escritura nos deja ver en varias partes como debe ser la
actitud de un hijo de Dios y cuáles son las consecuencias de no tener una
actitud correcta delante del Señor…
Filipenses 2:5-8 RV60 “Haya, pues, en vosotros este sentir (ACTITUD)
que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó
el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando
en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Se imagina si la actitud del LOGOS hubiese sido de desprecio,
o de orgullo, o de arrogancia…perfectamente él podía haberse negado, pero según
lo que acabamos de leer su actitud fue de HUMILDAD, NEGACION y OBEDIENCIA
hasta la muerte y no cualquier muerte, sino la más humillante y maldita, es
decir; muerte de Cruz…
Romanos 15:5-6 RV60 “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé
entre vosotros un mismo sentir (ACTITUD) según Cristo Jesús, para
que unánimes, (UN SOLO CUERPO, UN SOLO ESPÍRITU) a una voz, glorifiquéis al
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”
Entonces hermanos, al parecer la Actitud para Dios es importante
y no la podemos pasar por alto…
Veamos el caso de Moisés
Cuando leemos la historia de Moisés en hebreos 11:23-29,
vemos a un hombre que fue utilizado por Dios en formas inimaginables, donde
hizo en el nombre de Dios no uno, sino muchos milagros los cuales sirven de
testimonio hasta el día de hoy (siete plagas, la roca por la cual brotó el
agua, la serpiente de oro, etc.), a tal punto que guio al pueblo de Israel
por el desierto hasta atravesar el mar rojo y viendo a sus enemigos sepultados
por las aguas…quien de nosotros podría estar a la altura de este hombre, el
cual subió al monte de Sinaí para que Dios mismo escribiera las tablas de la
ley, Moisés estuvo cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber en la
presencia de Dios (Éxodo 24-31)…y estando en este proceso es que el pueblo se
desespero y mire lo que paso…
Éxodo 32:1 RV60 “Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender
del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate,
haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el
varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.”
Se da cuenta como la Actitud del pueblo los llevo a la desesperanza
y a la idolatría, comenzaron a hacer presión a Aaron para que este les hiciera
dioses para adorar…al parecer el pueblo actuó bajo un mismo Pensamiento,
una sola Emoción y un solo Comportamiento.
Entonces hermanos podríamos entender que la actitud (buena o
mala) puede ser algo colectivo, es decir, puede ser una practica aprendida/copiada
y debemos cuidarnos de no caer en esto porque nos puede llevar a dañar a otros
y pecar.
En pocas oportunidades hemos visto una Actitud Arrogante en
medio de la iglesia, esto se hace ver por el exceso de conocimiento y existen algunos
grupitos que se encargan de enrostrar a otros que tienen más letra en su lengua
para sacar pecho…pero será esto correcto, cuando el mismo Señor Jesucristo mostro
una actitud humilde y sin jactancia…
Volviendo a la historia de Moisés, vemos como Dios le habla
antes de que descendiera del monte y le dice las siguientes palabras:
Éxodo 32:10 RV60 “Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en
ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.”
Éxodo 32:10 NTV “Ahora quítate de en medio, para que mi ira
feroz pueda encenderse contra ellos y destruirlos. Después, Moisés, haré de ti
una gran nación.”
Aquí vemos a Dios con una Actitud Celosa por su
Santidad, donde su trono no es compartido con nada ni nadie, a tal punto
que quería destruir a todos y sólo dejar a Moisés, por otro lado, vemos la Actitud
Intercesora de Moisés por el pueblo y Dios se arrepiente Éxodo 32:14 “Entonces
Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.”
Cuando Moisés baja del monte de Sinaí con las tablas de ley,
vio como el pueblo estaba desenfrenado y en fiesta por sus ídolos
creados de oro, y se encendió la ira de Moisés a tal punto de
quebrar las tablas de la ley que Dios mismo había escrito con su propia mano…
¿Se da cuenta hermano como la Actitud de Moisés cambio de
un momento a otro? Imagínese, hace poco estaba en la presencia del Señor,
orando, adorando, exaltando, el espíritu de Moisés habrá estado lleno de gozo y
felicidad, asombrado por la fidelidad y el amor de Dios, pero basto el oír a la
muchedumbre en fiesta para que la actitud de Moisés cambiará de Gozo a
Ira…cuantas veces hemos estado en situaciones similares, donde hemos estado
llenos de Gozo y Paz, y creemos que todo saldrá como queremos, pero basta una
situación que nos quebré y nuestra Actitud cambia radicalmente…literalmente del
cielo a la tierra…
Veamos una de las parábolas narrada por Jesús, y esta hace
referencia a la vida de dos hombres, uno de ellos era fariseo, el cual
representa a todos aquellos que se consideran justos bajo su propia mirada,
estos se daban a conocer por el celo de guardar la ley, el otro era un publicano,
también conocido como recaudador de impuestos, eran considerados como traidores
por los judíos, ya que estos trabajaban para los romanos…La parábola transcurre
en el Templo, un lugar sagrado para los judíos donde se ofrecían sacrificios y
se elevaban oraciones.
Lucas 18:9-14 “9 A unos que confiaban en sí mismos como
justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10 Dos
hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el
otro publicano. 11 El fariseo (con una Actitud de
Superioridad, Actitud de Auto Justificación y Actitud de Lejanía hacia el
Señor; dice la siguiente oración:), puesto en pie, oraba consigo mismo
de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este
publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de
todo lo que gano. 13 Mas el publicano (con una Actitud de Humildad,
Actitud que lo lleva a Reconocer su Pecado, y una Actitud que lo lleva a
anhelar la Misericordia y el perdón de Dios, dice lo siguiente:),
estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba
el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que este
descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se
enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”
Queridos, hoy hicimos una pequeña introducción a la poderosa
influencia de la actitud en nuestras vidas. Hemos visto cómo nuestros pensamientos,
emociones y acciones están entrelazados y cómo esta combinación
moldea nuestro diario vivir.
La parábola del fariseo y el publicano nos ha mostrado de
manera clara el contraste entre una actitud orgullosa y autosuficiente,
y una actitud humilde y receptiva a la gracia de Dios. El
fariseo, confiado en sus propias obras, se alejó de la verdadera
relación con Dios. Por otro lado, el publicano, reconociendo su pecaminosidad,
encontró la misericordia divina.
Hermanos les invito a hacernos las siguientes preguntas ¿Qué actitud
estamos cultivando en nuestras vidas? ¿Estamos permitiendo que pensamientos
negativos y emociones destructivas dominen nuestras vidas,
o estamos eligiendo cultivar una actitud de gratitud, esperanza
y fe?
La Biblia nos exhorta a tener "este mismo sentir que
hubo también en Cristo Jesús" (Filipenses 2:5). Cristo, siendo
Dios, se humilló y se hizo hombre para servir y salvar. Su ejemplo nos
muestra el camino a seguir.
Hoy, los invito a renovar su mente y a cultivar una actitud
que glorifique a Dios. Esto implica:
Renunciar a la autosuficiencia: Reconociendo
nuestra total y absoluta necesidad del Señor, donde sólo dependemos
de su Gracia.
Cultivar la humildad: Aprendiendo a servir a los demás y a reconociendo
los dones y talentos de los demás.
Practicar la gratitud: Centrarnos en las bendiciones que
Dios nos ha dado, todo lo que hoy tenemos, por muy poco que sea, en lugar de quejarnos
por lo que aún no tenemos.
Perdonar a los demás: Esto permitirá que en tu vida no haya resentimiento
ni amargura.
Vivir en esperanza: Confiar queridos en que Dios tiene el control de todo y
que está obrando en nuestras vidas, incluso en medio de las dificultades,
y por muy difícil que sea, quiero animarte a seguir adelante, confiando en
Cristo y nunca olvidando que para los que amamos al Señor todas las cosas nos
ayuda a bien.
Hermanos, nuestra actitud es una elección. Podemos
elegir permitir que las circunstancias dicten nuestro estado de ánimo, o
podemos elegir cultivar una actitud que refleje la paz y el gozo de Cristo.
Recuerden, "la alegría del Señor es nuestra fortaleza" (Nehemías 8:10
"Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad
porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro
Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.").
Que el Espíritu Santo nos guíe y nos ayude a cultivar una
actitud que nos permita experimentar la plenitud de la vida en Cristo Jesús.
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